martes, 7 de octubre de 2008

La vida es como jugar al buscaminas. Hay momentos decisivos, donde tenemos que elegir una casilla, no tenemos opción de saber si es la correcta.. podemos fallar, todo explota, y tendremos que volver a empezar desde 0. Pero si acertamos.. qué momento de gloria! pasamos una fase por alto gracias a nuestra intuición (algunos podrán decir que se trata de suerte también). Es una analogía simple, pero a mí me pasa todos los días! Me pasa a la hora de elegir la comida, si sé que algo quizá pueda caerme mal, pero elijo comer igual: después lucho con las consecuencias, puede que me caiga bien y que todo sea de color de rosa, o puede tranquilamente caerme pésimo y pasar el día o la semana tomando té de manzanilla, que no es el más rico, a mi parecer.. Obvio eso hablando de un ejemplo tonto. Otro un poco más profundo se puede tratar a la hora de elegir entre dos empleos y los dos de las mismas características (sueldo, experiencia, etc). Y cuál hay que elegir? Agarramos uno al azar, pero resulta que con ese podemos llegar a lo más alto, o estancarnos en el mismo puesto por años. Cómo saber cuál es el correcto? Es como jugar al buscaminas...

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Empecé el día mal. Con dolor de garganta y mareada. Y muy temprano sin poder seguir durmiendo. No estaba en mi casa para colmo. Tuve que levantarme. Y pensar que todavía restaba TODO el día... Comí fideos, no es algo que me enloquezca. Y salí corriendo a la facultad. El chico con quien iba a estudiar, no apareció. Me clavé una hora esperando. Recién eran las tres de la tarde. Entré a clase y me empezó a doler la cabeza. Genial. Teorías de conjuntos, inducción matemática y análisis combinatorio acompañados de punzadas en el cerebro. La pasé bomba. Salí a las 8 de la noche. Y pensé: "Ya es suficiente". Solamente quería un buen regreso a mi hogar. Tomé el colectivo, y había una madre. Y tres hijos. A ver si puedo explicar bien la situación. Los chicos estaban sentados lejos de la madre, que hablaba con una señora y al mismo tiempo mandaba mensajitos por celular. Los nenes gritaban, y lloraban, y pataleaban, y se pegaban. Y la madre cada dos segundos les gritaba: "Miren que me levanto y les doy un cachetazo", pero nunca se levantó, y estoy hablando de un viaje de 45 minutos, en el cual habrá dicho esa frase, aproximadamente y sin exagerar, 7 veces. Claro, la señora no podía perder el asiento, y menos sentarse con sus hijos para tranquilizarlos. Yo iba escuchando música, pero parecía que los gritos de la mujer y sus tres hijos salían de mi mp3. A dos cuadras de bajarme, un policía les dice a los nenes que se callen. No era yo la única que tenía ganas de ponerles una papa en la boca para que dejen de gritar. Los nenes parecían haber quedado mudos, pero justo me bajé. Llegué a casa, y había fideos para comer.

jueves, 28 de agosto de 2008

Mi querida Allie: 
No pude dormir anoche porque sé que ahora sí se acabó entre nosotros. Ya no me siento amargado, porque sé que lo que tuvimos era puro. 
Y si en el futuro lejano nos vemos en nuestras vidas nuevas, te sonreiré con alegría y recordaré el verano que pasamos debajo los árboles aprendiendo uno del otro y con el amor creciendo. 
El mejor tipo de amor es el que despierta al alma y nos hace procurarlo más, que nos enciende un fuego en nuestros corazones y nos tranquiliza la mente. 
Eso es lo que me has dado. Eso es lo que yo esperaba darte para siempre. 
Te amo. 
Te estaré viendo, 
Noah.


El mejor tipo de amor es el que despierta al alma y nos hace procurarlo más, que nos enciende un fuego en nuestros corazones y nos tranquiliza la mente...

sábado, 23 de agosto de 2008

No me gusta la propaganda de "Estoy mirando". Qué problema hay con mirar? No puedo comprar las cosas sin antes mirarlas. Y si las miro y no me gustan, tampoco he de comprarlas. Y si me gustan, pero no puedo comprarlas?

-Te la compro si me lo dejás a $2.50, es todo lo que tengo en el bolsillo.

-No puedo, el precio es el publicado, sale $383.50.-

Realmente, qué propaganda de mierda.

martes, 19 de agosto de 2008

Siempre está ahí, como siguiéndome, siempre disponible para mí, celeste, unas veces rosa, violeta, gris o amarillo, nunca me da la espalda, y a donde yo vaya, está; sabe todo de mí y sin embargo no me abandona, debajo suyo no hay nada nuevo.

domingo, 17 de agosto de 2008


No los culpo.

Tienen una extraña sensación de pertenencia.

Ellos pertenecen a la calle, y vicerversa.

Creen que todo es de ellos.

Y creo, sin duda, que debe ser una sensación asombrosa.